AlDiaVzla: Ucrania, Rusia y Venezuela: los obstáculos que deja la administración Biden-Harris a Trump
Este lunes 20 de enero Donald Trump asume la presidencia de Estados Unidos, poniendo fin a una muy tensa transición donde la administración saliente, liderada por Joe Biden y su vicepresidenta y candidata perdedora, Kamala Harris, ejecutó una serie de acciones que contradecían las principales promesas del magnate, todo con mayor énfasis en política internacional.
Entre las principales promesas a ejecutar por Trump en materia exterior de los Estados Unidos se encuentra lo concerniente al conflicto en Ucrania, las relaciones con Rusia, el caso Venezuela, Cuba y Nicaragua, así como la pertinencia y funcionalidad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Es así como tras conocerse la victoria del magnate republicano sobre la demócrata Harris, la administración Biden comienza a dar pasos acelerados en decisiones que evidenciaban el interés de poner cuesta arriba las promesas de Trump.
Conflicto Rusia-Ucrania
Trump ha sido un duro crítico a la posición asumida por Estados Unidos frente al conflicto en Ucrania, llegando incluso a señalar a Volodímir Zelenski como el culpable del enfrentamiento armado con Rusia y calificándolo como el “mejor vendedor del mundo” al cuestionar la manera como el presidente ucraniano ha logrado obtener un financiamiento de EE.UU. que supera los 60.000 millones de dólares pese a no mostrar avances sino retrocesos en el frente.
Tras ser electo, el magnate ha sido enfático en que pondrá fin a este “derroche” y ha insistido en la necesidad de lograr una negociación que ponga fin al conflicto en lo inmediato, acción que pudiera verse dilatada debido a la escalada del conflicto promovida por la administración Biden, que además de adelantar un desembolso milmillonario para el régimen de Zelenski, le dio la luz verde al uso de misiles de mediano y largo alcance estadounidenses para atacar territorio ruso.
Esta medida de Biden ha provocado que Rusia señale al Gobierno de la nación norteamericana como el principal responsable de esta peligrosa escalada que dificulta las negociaciones con Ucrania que en las últimas semanas ha recibido un arsenal de armas que suponen un peligro para la integridad territorial de la nación gobernada por Vladimir Putin.
En medio de este escenario derivado de las últimas decisiones de la administración Biden-Harris, el equipo del presidente entrante ha anunciado la preparación de una agenda que incluye un posible encuentro entre Trump y Putin, mientras que con Zelenski solo se ha señalado la realización de llamadas telefónicas donde el magnate ha dicho al gobernante ucraniano que el conflicto debe llegar a su fin “lo antes posible”.
En medio de este conflicto se encuentra en vilo las decisiones que adoptará Trump en torno a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) que ha sido señalada por Rusia como la fuente del origen del conflicto por su expansionismo hacia las fronteras de la nación euroasiática y que además ha sido duramente cuestionada por el magnate norteamericano que incluso ha puesto en tela de juicio la necesidad de su existencia por considerarla “inútil a los intereses de EE.UU.”.
Caso Venezuela
Otro de los temas que se encuentran en la agenda exterior de Trump es las relaciones con Venezuela, teniendo en cuenta que su primera administración el fracaso fue estruendoso al no lograr con su política de “máxima presión” el “cambio de régimen” que había prometido.
Reconocimiento de un “gobierno interino” encabezado por el prófugo opositor Juan Guaidó, embargo petrolero, bloqueo de cuentas en el exterior y el robo de activos como CITGO, fueron algunas de las acciones puestas en práctica durante la primera administración del magnate sin que resultara en el logro de su objetivo que era provocar el derrocamiento del Gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro.
Este fracaso, unido al conocido pragmatismo del republicano, parecen ser el aval de la nueva tonalidad que ha asomado con el reciente nombramiento de un conocido diplomático estadounidense que se caracteriza por su rol de “negociador duro” y que durante la primera administración de Trump estuvo entre los que trabajaron el encuentro con Kim Jong-un y el alivio de las tensiones con Corea del Norte.
Tras este nombramiento, la administración saliente Biden-Harris se decantó por brindar apoyo al extremismo opositor encabezado por la dupla de María Corina Machado y Edmundo González, quienes en una especie de dejavú buscan promover un nuevo capítulo de un “gobierno interino” bajo el argumento de haber ganado las elecciones del 28 de julio de 2024, esto sin presentar pruebas verificables y auditables.
El último paso dado por los demócratas fue el encuentro organizado entre Biden y Edmundo González en la Casa Blanca, donde se le brindó el reconocimiento como “el legítimo ganador de las elecciones”, acción a la que se ha negado Trump y su equipo.
A esto se sumó, una nueva tanda de sanciones contra funcionarios del Estado venezolano y las constantes declaraciones de voceros de la administración Biden, como el secretario de Estado, Antony Blinken, que han elevado las tensiones entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores.
Ante este bombardeo a una posible negociación, el presidente venezolano al ser consultado sobre el destino de las relaciones entre su país y Estados Unidos ha sido enfático al señalar que “esperemos a que el presidente Trump asuma” y recalcando su voluntad de diálogo con el magnate.
Trump 2.0
Un juramento sobre la biblia en el Capitolio y su posterior traslado a la Casa Blanca, marcarán el inicio de esta nueva administración de Trump en un mundo que dista mucho de ser aquel con el que asumió su primer mandato.
El conflicto en Ucrania, la expansión de los BRICS, el indetenible avance tecnológico y económico de China, el creciente potencial militar y geopolítico de Irán, así como la fortaleza demostrada por el liderazgo en Venezuela del presidente Maduro, son parte del nuevo mundo que el magnate encuentra en este periodo donde su destreza, pragmatismo e ingenio serán puestos a prueba en su búsqueda de cumplir su consigna de “Make America Great Again” (Estados Unidos grande otra vez).
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