AlDiaVzla: ESPECIAL | Mundial de Fútbol Femenino: las caras de la misoginia

El pasado 20 de julio arrancó la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023, organizada por Australia y Nueva Zelanda. Sin embargo, tras el espíritu competitivo de las 32 selecciones participantes, se ocultan problemas como la falta de recursos económicos, el abuso sexual, salarios inferiores y la actitud aún reticente de las audiencias ante un deporte “para hombres”. Las caras de la misoginia.

La Real Academia Española (RAE) define la misoginia como “el odio a las mujeres”, el cual puede expresarse en la falta de confianza en ellas al considerarlas inferiores a los hombres en los diversos ámbitos de la vida, uno de ellos el deporte.

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“No nos querían”

Cristina Ubani Bazan es experta en estudios feministas en áreas de Cooperación al Desarrollo y Deporte de la Universidad de Deusto del País Vasco, y en un reportaje de El Diario.es señaló que “en el deporte femenino aún hay misoginia y un sexismo brutal”.

“En primer lugar, en el deporte ni se nos esperaba, ni se nos quería. Históricamente el deporte nos habla de un perfil muy masculino”, fustigó la especialista, refiriéndose a los tres tipos de deporte: escolar, de ocio y federado, que abarca el deporte de elite.

“Aunque a lo largo de los años las mujeres hemos ido ocupando espacios en los tres tipos de deporte, aún se refleja el sexismo y la desigualdad de género, así como los estereotipos, la invisibilización de la mujer y la escasa participación de la mujer en las estructuras de poder de las organizaciones deportivas”, consideró Ubani.

Ubani criticó la hipersexualización de las mujeres, con la creencia de que existen “deportes de chicos o de chicas”, el uso de uniformes distintos e incómodos que marquen el cuerpo, cuestionamientos a la orientación sexual, amén de la cobertura de los medios, que “recogen los logros de las deportistas sin poner su nombre o poniendo el nombre del novio, marido o entrenador”.

La académica también señaló el poco estímulo que reciben niñas y adolescentes para dedicarse al deporte al terminar la escuela. “Si no lo hacemos perfecto y además nos damos cuenta de que las posibilidades de dedicarnos a ello de forma profesional son inexistentes, es muy complicado que mantengamos esa vía de continuación del deporte. Por eso, el porcentaje de niñas que abandonan la actividad deportiva después del deporte escolar es un 10% mayor que el de los niños”, dijo.

Sin apoyo

La falta de incentivos a menudo se refleja en una menor cantidad de recursos económicos destinados al apoyo de las atletas en competencias internacionales, lo cual incide negativamente en su preparación y desempeño al no contar con la alimentación e instalaciones adecuadas.

Este es el caso de la selección de fútbol de Jamaica, ubicada actualmente en el 43° lugar del ranking de la FIFA, cuyas jugadoras tuvieron que recurrir a dos campañas de recolección de fondos para representar a su país en la cita mundialista que se desarrolla en Oceanía.

Según el portal especializado The Athletic, la madre de la mediocampista Havana Solaun, organizó en la plataforma Go Found Me la campaña ‘Reggae Girlz Rise Up’ para recaudar 100 mil dólares, mientras que otra página creada por Reggae Girlz Foundation, busca recaudar 75.000 dólares para pagar «el lugar, los viajes, el alojamiento y las comidas de las jugadoras».

A principios de julio, el equipo emitió un comunicado en el que señaló que “en los últimos meses, debido a la extrema desorganización de la logística del campamento, nos hemos perdido varios partidos amistosos oficiales de la FIFA. Sin duda, esto afectará nuestra preparación para Australia”.

Dentro del grupo F, las “Reggae Girlz” debutaron el pasado 23 de julio con un empate sin goles ante las francesas, ubicadas en el 5° lugar del ranking, sacando un punto importante en esta fase, en la que luego tendrán que medirse a Panamá y la siempre temida Brasil, que está en el 8° puesto.

Normalización del abuso

Otra de las aristas de la misoginia en el deporte es el acoso y abuso sexual hacia las atletas por parte de entrenadores, personal técnico o médicos. En Estados Unidos (EE.UU.), el médico de la selección nacional de gimnasia, Larry Nassar, fue condenado por pornografía infantil y conducta sexual criminal, luego de un juicio en el que 156 víctimas testificaron haber sido abusadas por él.

El fútbol femenino no es ajeno a esa realidad. En Venezuela, 24 integrantes de la Vinotinto denunciaron públicamente al entrenador panameño Kenneth Zseremeta por acoso y abuso sexual. El director técnico fue sancionado por el comité de Ética de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) con una inhabilitación por 20 años en abril de 2022.

En el caso de EE.UU., una investigación independiente sobre el fútbol profesional femenino determinó en octubre del año pasado que en la National Women Soccer League (NWSL) “el abuso y la mala conducta (abuso verbal y emocional y mala conducta sexual) se habían vuelto sistémicos, abarcando múltiples equipos, entrenadores y víctimas», informó The New York Times.

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Miedo y frustración

Pese a que en los últimos años muchas mujeres que han decidido hablar sobre este flagelo, la situación no ha cambiado, especialmente en África, donde las cifras de abuso sexual hacia mujeres y niñas en medio de situaciones de inestabilidad política son alarmantes.

Uno de esos países es Zambia, cuyo seleccionador Bruce Mwape, ha sido acusado de conducta sexual inapropiada por sus propias jugadoras. “Si Mwape quiere acostarse con alguien, tienes que decir que sí, pues es normal que el entrenador se acueste con las jugadoras», aseguró a The Guardian una futbolista de la selección zambiana que no quiso revelar su identidad por temor a represalias.

El presidente de la Federación de Fútbol de Zambia, Andrew Kamanga, trasladó la investigación a la policía y la propia FIFA. «Preferimos que un organismo independiente como la FIFA, que tiene la capacidad de hacerlo, pueda manejar las investigaciones», dijo, citado por El Confidencial.

Hace unos meses, Kandeh-Turay, capitana de la selección Sub-20 de Sierra Leona, denunció que cuando tenía 17 años su seleccionador le enviaba “fotos de su pene y videos pornográficos” además de pedirle «sexo todos los días». La joven denunció, pero nunca tuvo respuesta. Esta situación se enmarca en la “emergencia nacional” declarada por el presidente sierraleonés Julius Maada Bio en febrero de 2019, luego de una serie de violaciones a menores de edad.

Ganan menos que los hombres

La brecha salarial entre hombres y mujeres es un tema recurrente desde hace años, y en el caso del fútbol europeo, las diferencias son abismales. Un reciente análisis del portal español Marca indica que las féminas ganan hasta 100 veces menos que los hombres por ganar la Champions League.

¿Por qué? Los especialistas señalan que las ligas y sus clubes reciben ingresos de tres fuentes principales: derechos de transmisión, venta de entradas y patrocinios. En el caso de Inglaterra, mientras la Premier League logra meter casi 40 mil personas en un estadio, la Women’s Super Legue (WSL) apenas reúne 2 mil aficionados, lo que redunda en menos dinero por el costo de las entradas.

Sobre esto último, mientras una entrada para el fútbol masculino varía entre las 30 y 100 libras esterlinas y se agotan semanas antes de un partido, un boleto para la WSL cuesta apenas 9 libras y aún así los estadios no se llenan completamente.

Audiencia

El interés del público también incide en los ingresos por derechos de transmisión, que representan hasta el 85% del dinero que generan los clubes para sufragar sus gastos y pagar sueldos. Mientras la WSL genera 8 millones de euros al año gracias a un acuerdo televisivo en Reino Unido, la Premier masculina espera obtener 7 mil millones de euros este año.

Sin embargo, los especialistas se muestran optimistas en torno a este tema, visto que casi mil millones de personas vieron la Copa Mundial de 2019 sólo por televisión y otros 482 millones desde plataformas digitales, además de sendos llenazos en Camp Nou (91.648 personas) y Wembley (87.192 personas) en la Champions y la Eurocopa, respectivamente.

Finalmente, la FIFA también anunció que el premio del torneo que se celebrará en Australia y Nueva Zelanda ascenderá a 110 millones de dólares, 80 millones más que en la edición anterior. También son 60 millones más que la cantidad inicialmente prevista para el torneo. Aunque sigue estando muy lejos de los 440 millones de dólares pagados en el torneo masculino, por lo que todavía queda camino por recorrer hacia la equidad.

 

 

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