AlDiaVzla: Abrams, Esper y Pompeo, el éxito editorial de la soberbia estadounidense

En enero de 2021, el Capitolio de los Estados Unidos fue asaltado y ocupado durante varias horas por los seguidores de quien para el momento era el presidente saliente, Donald Trump.

El acontecimiento fue seguido en vivo por todos los medios de comunicación del mundo, era impensable que uno de los edificios más custodiados del país, sede del solemne poder legislativo estadounidense, se convirtiera en el írrito plató de un espectáculo protagonizado por el Supremacismo blanco, intentando hacerse del poder a través de la violencia, método que las sectas defensoras de la Doctrina Monroe no se preocupan en ocultar.

Supremacismo blanco

Hombres y mujeres, ataviados de nacionalismo y ostentando fusiles de asalto custodiaban un show producido y dirigido por Trump, empresario devenido presidente, que en algún momento de su carrera fue presentador de un Reality show exitoso por el despotismo al final de cada capítulo con su lapidario You’re fired (estás despedido).

Durante su administración, el polémico presidente 45 de los Estados Unidos contó en su equipo de trabajo con Elliot Abrams, Mark Esper y Mike Pompeo. Hombres con trayectoria política de vieja data y unidos por un gusto particular: escribir libros que pueden asumirse como confesionales, justificativos, autocomplacientes o todas las anteriores. Pero lo más claro de estas publicaciones es la soberbia con la cual describen su paso por el gobierno estadounidense, sobre todo en asuntos internacionales.

Los libros

El más prolífico es Abrams, que cuenta con 6 publicaciones, entre los cuales destaca su versión del caso Irán-Contra, en el que participó durante el gobierno de Ronald Reagan (actor, por cierto), hallado culpable y luego absuelto vía indulto por George W. Bush.

Abrams no escatima en los detalles de su trabajo para desestabilizar por igual revoluciones y gobiernos en América Latina, no en vano fue nombrado por Trump como enviado especial para Venezuela durante los años de recrudecimiento de la máxima presión contra el presidente Nicolás Maduro.

Como enviado especial debía trabajar directamente con Mike Pompeo, ex secretario de Estado, que describe en su libro Never Give an Inch (nunca cedas ni una pulgada) los mecanismos para desestabilizar a Venezuela mediante sanciones económicas, que produjeran descontento en la población para con eso, según él y la oposición venezolana que apoyó y financió en toda su gestión, lograr un cambio de régimen en Venezuela.

Lo resultados fueron devastadores para la población venezolana y su economía, que ahora comienza a mostrar signos de recuperación, pero que, en su momento, por falta de alimentos y medicinas provocaron la muerte de venezolanas y venezolanos, promovieron la migración forzada con la separación de familias que eso implica, y el impacto en el aparato productivo nacional.

Todo lo describe Pompeo, que antes de canciller fue director de la CIA, con una soberbia sádica apenas empañada por su mayor frustración: los canales creados por el presidente Nicolás Maduro para mantener el abastecimiento de bienes y servicios esenciales para una Venezuela bloqueada en los mercados internacionales y asediada por lo que los especialistas llaman Medidas Coercitivas Unilaterales y ellos sanciones.

Alex Saab

La frustración de Pompeo tenía nombre y apellido, Alex Saab. Nombrado enviado especial de Venezuela ante Irán, aliado principal para el abastecimiento de Venezuela. Pompeo lo menciona en las páginas que dedica a Venezuela asumiendo sin reservas un delito internacional, la detención de un diplomático en funciones a sabiendas de su condición e inmunidad asociada.

El secuestro del diplomático venezolano en Cabo Verde fue ejecutado en su totalidad por el Departamento de Justicia, pero durante momentos de dudas por su condición, que Abrams también conocía, llegaron a pensar en la opción militar para su custodia, para eso necesitaban a Mark Esper, secretario de defensa para ese momento.

En su libro, A Scrad Oath (un juramento sagrado), Esper también dedica páginas a Venezuela. En ellas narra cómo evitó, sin éxito, el uso del aparato militar estadounidense contra una conspiración carente de asideros según la cual Venezuela e Irán habían diseñado una operación de rescate de Alex Saab.

USS San Jacinto

Aunque Donald Trump terminó enviando el USS San Jacinto, un buque de guerra armado con misiles suficientes para acabar con todo Cabo Verde, el plan de rescate no existía, lo separaron de su cargo y publicó el libro donde además expone que siempre recomendó la vía diplomática para solucionar “el problema Saab” por reconocer su inmunidad.

Estos libros son éxitos editoriales en los Estados Unidos, no necesitan los mecanismos clandestinos de empresas como Antelope Hills, que traduce y distribuye clásicos del nazismo entre las sectas ultra derechistas y supremacistas estadounidenses. Se venden el librerías y plataformas digitales a las cuales puede acceder cualquiera que pueda pagarlo.

Probablemente lo compre alguien que no es tan irracional como un miembro de Proud Boys, pero sí lo suficientemente manipulado para asumir que eso está bien, que el gobierno de su país puede intervenir en cuanta nación soberana le plazca violando leyes y tratados internacionales, porque a fin de cuentas esa es la “América que aman”, como reza el subtítulo del libro de Pompeo. Tal vez para esas personas, sean libros muy emocionantes, o peor aún, ejemplarizantes.

 

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